(ESCENA 1)
Dos personas andan con los ojos vendados, espalda contra espalda, como en un duelo antiguo.
JUSTICIA: Yo soy la justicia.
HUMANIDAD: Yo soy la humanidad.
JUSTICIA: Hace mucho nuestros caminos se separaron.
HUMANIDAD: Estamos hartas de ser usadas una y otra vez.
JUSTICIA: De que nos condenéis a ser máscaras de humo, con vanidad…
HUMANIDAD: … y fe ciega.
JUSTICIA: En otra nueva era…
HUMANIDAD: …el nuevo mundo otra vez.
JUSTICIA: …de héroes y palabras vacías.
(ESCENA 2)
La luna se esconde, estremecida por el frío del asfalto. Alguien, un humilde mercader de telas y flores, se esconde en la sombra de la gran ciudad, la última maravilla de la civilización, esperando que el destino le traiga su fortuna. Alguien se acerca. Son dos, dos príncipes azules, imponentes. Se saludan como el protocolo ordena, y el mercader se va con ellos.
REPORTERO: Nueva oleada de extranjeros llegan a nuestra tierra. Muchos de ellos no dudan en dedicarse a viejos mercados para ganarse la vida.
Las fuerzas del orden refuerzan sus filas en la lucha contra el narcotráfico. Todos los detenidos se enfrentan a acusaciones por atentado contra la salud pública, con penas de
cárcel.
UN PRÍNCIPE: Oye, 666, al final, ¿qué pasó con el chico?
OTRO PRINCIPE: Un año de vacaciones pagadas… y dos flores para nosotros. ¡A su salut!
UN PRINCIPE: Y a la del pájaro gordo del viejo mundo que aterriza hoy en la capital.
OTRO PRÍNCIPE: El de los francos…
UN PRINCIPE: …maso menos. Y Blancanieves viene con él.
OTRO PRÍNCIPE: A vernos a todos… ¡menuda fiesta en palacio!
Alguien, en algún lugar no muy lejano, baila con unos príncipes en el silencio de la noche, hasta caer rendido en su cama gris.
PRÍNCIPE 3: ¡Felicidades, eres libre!
Alguien deambula por las calles de la ciudad, buscando aguardiente para calmar su sed. Lucha con dos serpientes venenosas, que lo atacan de improviso en medio de la jungla. Al atardecer, cae dormido en otra cama gris. La gente lo mira, se acerca, lo curiosea, y sigue su progreso.
TESTIGO:
La cosa va muy mal.
Pensamos que es normal
Estar adaptados
a una sociedad
sin humanidad.
¡Más inflación no es la solución!
Basta de egos inflados,
De juegos orquestrados
Al son del mercado deshumanizado.
Tantas guerras,
Tantos bonos del estado.
Quiero que los héroes
sean cosa del pasado.
Pero saben
Cómo funcionamos.
Que sin banderas ni fronteras
No venderé a mi hermano
Ni tengo que ser esclavo
De monedas
Paridas por el diablo
Y repartidas por la bestia
Que habita en todos lados.
Una princesa pasa por allí en ese mismo momento.
PRINCESA: Es inhumano ver gente así… pero, ¿qué le vamos a hacer? El mundo siempre se movió igual, nunca cambia. Es normal. A los de casa, primero. La humanidad es así.
El sol se esconde, ella corre hacia palacio. La luna no sale esta noche, temblorosa, escondida del frío de la gran ciudad.
(ESCENA 3)
REPORTERO: Los nuevos avances en tecnología y ciencia abren las puertas de la creación, y ya los hay que ven el mercado en ello. Se buscan personas que quieran participar en experimentos a cambio de dinero. Los sectores más castigados por la crisis, no dudan en aprovechar la oportunidad, a pesar de los últimos escándalos por fraude de la industria farmacéutica.
La princesa apaga la radio. Es conocida en el lugar por ayudar a los recién llegados. Un chico, un viajero de lejanas tierras, entra a su palacio.
VIAJERO: Señorita, llevo tiempo esperándola, y tengo que volver a casa.
PRINCESA: Vamos, vamos… ya querría yo ahora volver a casa.
VIAJERO: ¿Y no cobrar al final del día?
PRINCESA:…. Vamos a ver… no hay ninguna oferta nueva.
VIAJERO: Sin papeles no me quieren en ningún lado. Señorita, está segura que no podemos intentar pedirlos con la oferta de mi amigo?
PRINCESA: No cumple los requisitos. Y a usted le falta la documentación que le pedí.
Es normal que no le quieran… o que prefieran a otros. Esta es nuestra tierra. Volvemos a pedir la ayuda…
VIAJERO: No, no quiero más ayudas. Vine aquí a trabajar y a ganarme la vida honradamente. No quiero más limosna.
PRINCESA: Lo comprendo, pero no lo entiende. Déjeme que se lo explique otra vez… aquí las cosas van de otra manera. Hecha la ley, hecha la trampa. Quienes las escriben, lo hacen lo mejor que saben, pero a veces hay excepciones como la tuya.
VIAJERO: Entonces, ¿es normal que no me quieran o es una excepción? ¡Ni ustedes se entienden! Deciden sin entender, escriben por escribir… y los que escriben la receta, se comen el pastel. Todos somos humanos, y venimos del mismo lugar: ÁFRICA. Por muchos títulos que tenga, si no sabe eso, es usted una ignorante, y ya me perdonará. No puede ayudar a nadie sin conocer su historia.
PRINCESA: Sí, sí, lo que entiendo es que vivimos en un mundo progresista y muy humanitario. Y justo. Usted puede pedir ayuda como todos. Si no le convence, podemos hablar sobre repatriarlo…
VIAJERO: ¡Usted no conoce su historia! No se reconoce a sí misma Tan poco tiempo… y ¿ya ha olvidado lo que es un exiliado político?
PRINCESA: Buenas tardes tenga, señor. Con una actitud tan primitiva, no podemos entendernos.
(ESCENA 4)
JUSTICIA: Los humanos, ¿entenderán?
HUMANIDAD: Hasta que no se entiendan a si mismos, están perdidos.
JUSTICIA: Paciencia.
HUMANIDAD: Van tan acelerados en el tren del progreso que nos han dejado, atrás.
JUSTICIA: Siguen calculando de manera que cada uno gane lo máximo, y así no hay nada qué hacer.
HUMANIDAD: Las manos que dañan son manos humanas. Dios no tiene nada que hacer con ello.
JUSTICIA: ¡Mira que les gusta ser héroes! Salvar o ser salvados. Derivar su poder. Repetir las mismas acciones, da los mismos resultados. Un pensamiento… una acción… un hábito… un carácter… un destino.
HUMANIDAD: ¿Entonces quieres decir que las cosas pueden cambiar?
Ambas se funden en un abrazo, y nosotros nos abrazamos también, mientras la luna enseña su nariz entre la manta de estrellas.